
El artista visual y docente de FADCOM – ESPOL, Billy Soto, ha alcanzado un nuevo hito académico al obtener el grado de Doctor en Bellas Artes con Mención Internacional, otorgado por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, con la calificación máxima de 10/10, Sobresaliente Cum Laude.
Este logro se oficializó tras la defensa de su tesis doctoral, un trabajo de investigación que parte de una inquietud profunda gestada en su experiencia como artista y educador: ¿Existen en el arte contemporáneo ecuatoriano elementos simbólicos y conexiones que dialogan con la producción ancestral precolombina? El estudio propone que las creaciones ancestrales precolombinas no son meros vestigios del pasado, sino sistemas vivos que continúan nutriendo la producción artística y visual contemporánea en Ecuador.
Para demostrarlo, el autor empleó herramientas de análisis visual y categorización que permiten evidenciar propiedades simbólicas, formales y conceptuales del arte precolombino en obras actuales. El recorrido del estudio abarca desde las investigaciones del arqueólogo Carlos Zevallos Menéndez, pasando por la obra pictórica de Enrique Tábara, hasta llegar a los diseños icónicos de Peter Mussfeldt. En este trayecto, la tesis identifica una línea transversal de afinidades visuales que vincula diversas generaciones de creadores visuales ecuatorianos, todos marcados por una herencia estética y simbólica ancestral.
El trabajo de Soto articula una mirada que integra la arqueología, el arte contemporáneo y el diseño gráfico, y destaca cómo las líneas, patrones y esquemas geométricos del arte precolombino han sido reinterpretados y actualizados para responder a nuevas intenciones creativas. La investigación evidencia cómo estas formas se han transformado en un vocabulario visual compartido, capaz de adaptarse a distintos fines expresivos, sin perder su raíz estructural. En un mundo donde las narrativas visuales globales tienden a uniformarse, el trabajo de Billy Soto recuerda la vigencia y riqueza de lo ancestral como fuente inagotable de innovación.
© Fotografía: Cortesía / Redacción: José Luis Castro